La provincia romana de Gallaecia. División administrativa romana, y que fue continuada tanto por los godos como los musulmanes.
En los escritos árabes, al referirse a las ciudades de León o Zamora, dicen que se encuentran en Galicia, por tanto, la Galicia de los árabes no tiene nada que ver con la región autonómica actual.
Por consiguiente, los que están diciendo que el reino de Galicia es el más antiguo de Europa, mienten.
Don Pelayo huye de los moros de Cangas de Onís y se refugia en el Valle Hondón (Valdeón) y comienza a difundir la idea entre los aldeanos de las montañas del hecho de
no pagar tributos a los moros, algo que gustaba a la población.
Cuando desde Cangas de Onís acudían a recaudar, Pelayo y lo suyos espantaban a los aguaciles.
A medida que se generaliza la situación y el regidor de Cangas de Onís no puede solucionarlo pide ayuda al gobernador moro ubicado en Xixón, Munuza, el cual tampoco puede y manda aviso
al emir de Córdoba, Ambasa; este no lo puede tolerar y organiza un ejército al mando de Alkama y lo manda a Xixón, luego; se dirigen a Cangas de Onís, donde les informan de la zona
donde se esconden. Marchan hacia Covadonga y suben a los lagos donde acampan, en sus inmediaciones, saliendo luego los guias a localizar el escondrijo donde se esconden los rebeldes.
El principal problema de Pelayo no era solamente la tremenda inferioridad numérica de su partida, lo peor era la famosa caballería mora, con los caballos árabes, más
grandes y veloces que los que disponían los montañeses, los "asturcones". Así que el lugar de combate elegido debía de ser adecuado para suplir sus carencias.
Pelayo se dejó ver en la cueva del Boquete (Cueva Honda), al final del "Joyu Santu"; aquí no podían subir los caballos. Solventando el principal problema, espera a que suban los moros
al Joyu Santo y se metan dentro del Joyu. A voces le gritan a pelayo, que se rinda, el cual se niega y se lanzan sobre la cueva a capturarlo, dando lugar al bombardeo de piedras
de los montañeses situados sobre las peñas a la soldadesca apiñada y situada en el fondo del joyu; esto crea un caos, atropellándose unos a otros para escapar de las piedras. Los que consiguen
retroceder huyen despavoridos hacia el campamento de los lagos, agrupándose nuevamente con la caballería.
El resto del ejercito, los que no pudieron retroceder, pasan el boquete y se precipitan por la Canal de Mesones hacia abajo, por un terreno muy difícil para ellos, despeñándose muchos y otros
descendían apoyándose en las astas de las lanzas para conseguir bajar. Este hecho puede ser el motivo de la antigua costumbre de los pastores Caín, de usar una larga vara
de madera de avellano para caminar por entre las peñas.
Después del penoso descenso, de pasar las de Caín, llegados al río Cares, se encuentran con que no pueden continuar por la garganta de Cares y desde el pueblo de Caín van
remontando el Cares hacia Valdeón.
Pelayo observa el resultado de su treta y desde la cueva decide ir al encuentro de los moros, para demostrar a los moros y a los suyos de quién mandaba en las montañas,
cruza por la cerra de Cuba a la canal de Capozo, descendiendo por ella hasta las Vegas de Santiján, esperan a los moros y les reta; estos no se encuentran en una
situación de ánimo, solo buscan salir del infierno donde se hayan, huyendo a Posada de Valdeón. Los montañeses le vitorean por la victoria y le proclaman rey; en el valle se cuenta así y
construyeron, posteriormente, la ermita de Corona, dedicándola a la Virgen de Corona.
Alcanzado Posada de Valdeón, ven con sorpresa que todo está rodeado de altas montañas verticales y de frente un espeso bosque de hayas; solo tienen salida por el monte
de pasto que lleva a Pedejo, pasan el collado y descienden a Fuente De para seguir paralelo al río Deva hasta Cosgaya.
Cuando se creían ya libres, las crónicas históricas dicen que un alud de piedras descendió desde el Monte Subiedes y aplastó lo que quedaba de esta columna del ejército.
El cuerpo principal, con la caballería, retrocede por sus pasos al punto de partida, en Xixón, allí recogen a las gentes musulmanas y viéndose en situación de peligro
en la zona, deciden abandonarla, suben hacia Ubiéu, toman la calzada romana del puerto de la mesa para cruzar las montañas. En la ascensión, como son un grupo numeroso
se dividen en dos columnas, siguiendo así los dos ramales de la calzada; unos van por el puerto de Ventana y los otros continúan al puerto de la Mesa.
Los montañeses, conocedores de lo que estaba ocurriendo, les esperan en el alto del puerto. La tradición de la zona, habla de una victoria obtenida sobre los moros en este
lugar. Pasan el puerto y descienden hacia Babia, juntándose con la otra columna en Santu Michanu; ahora todos juntos siguen el curso del río Luna; el objetivo es alcanzar
la ciudad de León, pero nuevamente los montañeses, que conocían perfectamente la situación, se organizan en el pueblo de Benllera y suben al alto de la loma de la Hoja y
cavan una serie de agujeros, se ocultan en ellos y esperan a los moros, que pasan noche en el lugar, dejando sueltos a los caballos para que pasten mientras la gente descansa; al
amanecer salen de los agujeros y espantan a los caballos, dejando de esta manera inutilizada a la temible caballería; el resto fue pasar a cuchillo a la totalidad de
musulmanes, el suelo se cubrió de sangre, lo que dio motivo para denominar al lugar Campo Sangráu, posteriormente Camposagrado.
De este poderoso ejército no regresó nadie a Córdoba, causando gran impacto y temor por el hecho y pasaría tiempo hasta que se atrevieran a volver a entrar en las montañas.
De todas formas, los escritos árabes dicen que después de este suceso, para evitar incursiones de los montañeses sobre su territorio, mandaron una guarnición a Almanza
para tomar la garganta de Pelay (denominación que daban al tramo del río Esla entre Cistierna y Crémenes, por donde discurre la calzada Vadiniense), levantando torres de vigilancia
en el Castillo de Sabero y Fuentes de Peñacorada.
Este hito es el inicio del Reino de León y por lo tanto de España, causa en la que se empeñan sus reyes por unificar toda Hispania, algo que en los tiempos actuales no se respeta y se están reescribiendo
la historia en los libros actuales, dando preponderancia a otras tierras, regiones, que no han tenido nada o muy poco que ver con lo que acaeció.
De no haber existido EL REINO DE LEÓN, hoy España y toda Europa sería Musulmana, vestiríamos chilaba.
Con la llegada de la ¿democracia? se ha descentralizado el estado, dando autonomías a todo bicho viviente, incluso a territorios que históricamente no tiene ninguna razón de ser.
Por contra, el territorio histórico por excelencia español, LEÓN, con una cultura propia, incluso lengua, se le ha negado, incluyéndonos en otro territorio ajeno, que no queremos y que nos desprecian,
tratando de borrar a toda costa nuestra identidad, cubriéndonos con un manto de castellanismo artificial, siendo difundido hasta la saciedad por el organismo autónomo en el que nos han metido a la fuerza por los partidos
políticos que lo sustentan que, en la realidad actual, son los herederos de aquellos primitivos moros y judíos que añoran el califato de Córdoba, por eso nos odian y por esto grito yo, !LEÓN NO ES CASTILLA¡, ¡AUTONOMÍA PARA LEÓN!.
La reconquista continúa.
IV marcha por la Llibertá.